Cuando hablamos de tratamientos naturales siempre nos vienen a la cabeza las plantas, los aceites esenciales, las frutas, etc. Sin embargo, la Naturaleza también nos provee de otros elementos que por ser más lujosos, escasos o elitistas no dejan de ser «naturales». Nos referimos a los metales y piedras preciosas, que se han convertido en los últimos años en el Shangri-la de los tratamientos de belleza más modernos, pero que no son, realmente, nada nuevo.
En la India se utilizan cremas elaboradas con polvo de zafiros, rubíes, esmeraldas, topacios y otras piedras preciosas, como herencia de tiempos inmemoriables; en China, el jade es pilar de tratamientos regeneradores y rejuvenecedores, utilizados ya en la época imperial; y del Norte de África nos llegan tratamientos a base de oro, herencia de la mismísima Cleopatra de Egipto. Las ventajas de todos ellos es que las gemas y los metales son productos naturales, que no provocan efectos secundarios.
Oro, efecto flash inmediato
Actualmente las aplicaciones del oro en los tratamientos de belleza son muy variadas. Se usa como mascarilla, se injerta en forma de hilos, se espolvorea triturado y se utiliza en cremas. Este oligoelementoposee un efecto tensor que reafirma la piel, ilumina, dádole un aspecto más vivo y juvenil, y disminuye las manchas cutáneas. Como es antioxidante, hidratante y antibacteriano, también se emplea en tratamientos antiaging contra las arrugas.
Envoltura. Ya sea facial o corporal, el tratamiento comienza a realizando un peeling con trocitos de oro y un gel especial para limpiar en profundidad la piel. A continuación se aplican láminas de oro que actúan en la piel mejorando, en el caso del masaje facial, rojeces y arrugas y, en el caso del corporal, estrías y celulitis. El objetivo es que la piel abosrba este oro para que las células del organismo se activen al reaccionar con el metal y segreguen colágeno. Una vez retiradas las láminas, se aplica un concentrado de oro de 24 quilates, dando un masaje drenante y oxigenante. Una variedad de esta técnica sustituye las láminas de oro por polvo, que se aplica mediante un hidromasaje a base de sales. El oro triturado es perfecto para realizar peelings y exfoliaciones que dejan la piel tersa y luminosa.
Baño. Pero si queremos rozar el colmo del glamour lo mejor es el novedoso baño de oro. Es el más innovador tratamiento holístico para cuerpo y rostro, pues activa las defensas, aporta colágeno y elastina y tiene efecto reafirmante y rejuvenecedor. Se trata de sumergirse en una bañera de hidromasaje con partículas de oro durante 20 minutos o media hora, de modo que la piel abosrba bien los componentes del metal. Luego, se aplica un masaje que deja la piel tan brillante como purificada.
Diamante, brillo magnético
Los tratamientos con polvo de diamante están a la vanguardia en el mundo de la estética. Este material se utiliza sobre todo para la realización de peelings, por sus propiedades tensoras y suavizantes de la piel, y el brillo que le proporciona.
Con oxígeno. Existen tratamientos que combinan los diamantes de oxígeno con rosa de Bulgaria para aportar hidratación, reducir las arrugas, corregir la flacidez y disminuir las manchas de la piel. Se limpia ésta con una locución de manzanilla, se aplica un tonificante de agua de rosas y se realiza un peeling enzimático. El siguiente paso es el masaje con los diamantes de rosa de Bulgaria y se finaliza el tratamiento con la aplicación de una mascarilla de arcilla blanca con aceite vegetal de rosa de Bulgaria y un sérum del mismo fruto. Un remedio perfecto para pieles mayores, cansadas y desnutridas, y para pieles mayores, cansadas y desnutridas, y para pieles jóvenes que requieren oxigenación extra.
Platino, un nuevo metal antiaging
Combatir los efectos del envejecimiento ya es posible con una sofisticada tecnología que se basa en el poder revitalizante que ejercen las partículas de platino sobre el ADN. Antes de su aplicación se realiza una limpieza facial con peeling químico. A continuación se elige un producto hidratante adecuado (según el tipo de piel), por ejemplo, ácido hialutínico, y se añade a una probeta donde ya hay un gel con partículas de platino suspendidas. La probeta se introduce en un aparato que a través de unos electrodos funde el platino con el principio activo hidratante, formando un mousse que se aplica sobre la cara con pequeños rodillos para que penetre bien. El resultado es que se regeneran las capas más profundas y obtenemos una piel suave y mucho más saludable.
Jade, rostro de princesa china
Desde la Antigüedad, esta piedra se utiliza en China como armonizador del chi (energía) por su efecto calmante y tranquilizante. Aún hoy en día el jade representa la inmortalidad porque se le atribuye el poder de incrementar la energía y prolongar la vida. precisamente de Asia nos llega un masaje facial con jades que ayuda a combatir el efecto del paso del tiempo, relajar, reafirmar y oxigenar los tejidos y regenerar las células de la piel. Este tratamiento comienza con una limpieza de rostro y una exfoliación para, a continuación, ir recorriendo la cara con dos pequeños rodillos hechos de piedra de jade. A medida que se masajean y se «alisan» todos los músculos del rostro, vamos sintiendo un agradable frescor. Este masaje de rodillo se combina también con unos punteros de jade, cuyo objetivo es activar la circulación sanguínea justo en las arrugas de las líneas de expresión para oxigenarlas y regenerarlas.
Cada piedra tiene una propiedad específica y su polvo se utiliza según el objetivo: la plata, las esmeraldas y las perlas, por ejemplo, son conocidas por sus propiedades frías -astringentes y reafirmantes- que descongestionan, calman y producen un efecto lifting inmediato, mientras que los zafiros, jades, oros, etc., tienen un carácter más cálido y relajantes. Los tratamientos a base de polvo de diamante o hierro micronizado mitigan el estrés, purifican e hidratan.