En nuestra vida aparecen muchas veces dolencias que nos acompañan a lo largo de los años. La medicina tradicional trata sus síntomas y desaparecen durante semanas, meses y años pero, tarde o temprano, vuelven a reaparecer. El concepto que tenemos de enfermedad es muy limitado, y para poder tratarla y entenderla hay que incluir más elementos comos los sentimientos y las emociones.
Enfermedades psicosomáticas
En Medicina Tradicional China (MTCH), la vitalidad y la salud de una persona depende de «La energía del cielo anterior» (genética y herencia) y de la «Energía del cielo posterior», ésta última se refiere a la forma en que vivimos, nos alimentamos, pensamos, a nuestros hábitos y costumbres. No podemos variar lo que traemos de herencia, pero sí podemos decidirnos a tener una vida sana y unas buenas costumbres para mantenernos en un buen estado de salud que es «la Energía del cielo posterior».
De los médicos, naturistas, nutriciólogos y terapeutas de la salud recibimos una gran y completa información acerca de como debemos alimentarnos, del buen hábito dep racticar una actividad deportiva por lo menos tres veces a la semana y que esta actividad tiene que ser adecuada a nuestras condiciones físicas y edad. Bien, si cumplimos con estas normas, ¿por qué enfermamos en los momentos más inoportunos?. La respuesta a esta pregunta debemos buscarla dentro de nosotros mismos y para ello podríamos empezar con otra pregunta, ¿qué mensaje me está transmitiendo el cuerpo mediante esta dolencia o enfermedad?.
Si tú sabes que te alimentas bien, tienes buenos hábitos de vida, no bebes, no fumas, no ingieres drogas de ningún tipo, duermes las horas adecuadas, entonces ¿qué te pasa?. Quizás es el momento en que debes dirigir tu mirada hacia tu mundo emocional, observar atentamente tu respuesta interna a los pequeños o grandes desafíos de tu vida cotidiana, laboral, social, sentimental, porque has de saber que tu cuerpo y tu salud responden a cada uno de tus pensamientos y emociones, a la manera de percibir el mundo que te rodea, a los comentarios que escuchas, a las críticas e incluso a las noticias de los medios informativos que te afectan más de lo que imaginas.
Evitar las enfermedades psicosomáticas
Muchas personas sufren de lumbalgias, sacralgias o lumbosacralgias y no se explican por qué. Aseguran de no haber hecho nada fuera de lo normal, van al médico, esperan el resultado de placas y normalmente el diagnóstico es artrosis o algún problema de vértebras. Le recetan pastillas. Estas personas deben revisar sus sentimientos, lo que experimentan; tal vez no se sientan queridas o valoradas, o tienen problemas de pareja, o con los hijos, o con los padres. La inseguridad está en sus vidas y en todo lo que hacen, hasta temen hablar por no herir. Cómo no va a afectar a su salud esta visión, esta forma de pensar y sentir.
¿Qué pasos estoy dando, o he dado?. ¿Qué camino estoy recorriendo o he recorrido que no me ha hecho feliz?.
En males o enfermedades tan dañinas e inhabilitantes como la fibriomialgia, o una artritis reumatoide, deberíamos preguntarnos ¿qué mensaje me está enviando mi cuerpo?. El dolor es el sistema de alarma que tenemos y sin obsesionarnos debemos observarlo, descubrir su origen revisando nuestros patrones de conducta, nuestras emociones, la manera que tenemos de percibir el mundo que nos rodea.
Además de la medicina convencional también debemos buscar ayuda en una dimensión holística, humana e integral, donde podamos apreciar el impacto de nuestra psicoemocionalidad en nuestro cuerpo y salud mental.