La forma en que percibimos el mundo contiene un gran poder y nos llevará a actuar de una forma u otra. La representación interna y lo fisiológico se unen, y lo que afecte a uno afecta al otro. Estos dos estados se influyen siempre para crear nuestro estado de ánimo. Por eso es determinante influir en ellos para conseguir de una forma consciente representaciones internas y fisiológivas. Esto supondrá poder controlar de forma consciente tu estado en cuaqluier momento y circunstancia. Comprender nuestro estado es la clave para poder entender qué nos ha llevado a ciertas circunstancias o porqué actuamos de una forma u otra.
Para obtener el resultado que uno desea, debe representarse las cosas de una manera que te lleve a un estado de plenitud. Este estado te ha de ayudar a asumir las acciones que debes realizar para conducirte a los resultados deseados. Si no llegas a un estado de convicción, cuando hagas el intento todo quedará a medias o el resultado no será proporcional al esfuerzo.
Cuando desplazas tu actitud a un estado de autoconfianza, estas señales neurológicas te pondran en un estado en el que la acción sea realizada con éxito, tanto si tienes una meta a conseguir como si deseas sentir alegría, amor o confianza.
Si te representas de una forma en que las cosas no salen bien, probablemente así será. Si la representación es positiva creamos recursos internos y, al crear el estado apropiado, ampliamos nuestras posibilidades. Si te centras en las cosas malas de la vida, fomentas un estado que acaba por traer a tu vida esos comportamientos.
Recuerda que siempre somos dueños de nuestra forma de representar las cosas. Si tomamos el control y mandamos las señales debidas a nuestro cerebro, tanto de una forma visual, como auditiva y cinestésica, de lo que deseamos, produciremos cambios que resultarán positivos en nuestra vida.
CÓMO PRODUCIR EL CAMBIO DE ESTADO
El estado de uno mismo contiene un gran poder que debemos poner en práctica. Si un día al levantarte no te encuentras demasiado animado, cámbialo, o si durante el día los acontecimientos van haciendo que t uestado de ánimo se deteriore; haz un alto, siéntate, y respira profundamente: ¿es así como quieres sentirte?, ¿puedes hacer algo para cambiarlo?. Decididamente: ¡SÍ!.
Puedes hacerlo recordando una experiencia vivida que te hizo tener una sensación positiva muy fuerte. Puede ser cuando conseguiste algo que creías imposible. ¿Qué sensación experimentaste?. Piensa en una situación de tu vida en la que sentiste una gran alegría. Recuerda y siente la emoción que te embargó en ese momento. Recupérala. Hazla de nuevo tuya. Siéntela con fuerza. Debes retenerla en tu interior. Vívela de nuevo. Esto mandará las señales necesarias al cerebro para que ponga en marcha esa nueva actitud que deseas tener. Esto te hará tener un día muy diferente al que tendrías si no hubieras hecho nada por cambiarlo. Será un día positivo y alegre. Será un día que harás a tu medida.